El calentamiento global, la erosión de los suelos, la pandemia y los conflictos armados han puesto sobre la lupa los problemas que enfrenta el suministro de alimentos a nivel mundial.
México juega un papel fundamental en la seguridad alimentaria, no sólo porque es la tierra originaria del maíz sino por su capacidad de producción y exportación de distintos productos.
Cada año, México envía más de 1,500 semillas a diferentes países y la mayoría de estas variedades son resistentes a la sequía. Debido a la importancia estratégica del maíz en el mundo, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) resguarda más de 28 mil accesiones únicas de este cultivo.

Desde hace 4 años, el CIMMYT lanzó el “Atlas Molecular del Maíz”, una plataforma que proporciona “datos, herramientas y recursos que permiten a mejoradores de maíz e investigadores identificar la diversidad de las semillas con un posible valor para sus necesidades específicas”.
México envía más de 1,500 semillas a diferentes países y la mayoría de estas variedades son resistentes a la sequía
¿Cómo funciona el Atlas del maíz?
Gracias a la labor del CIMMYT de caracterizar las diferentes razas y variedades de maíz a nivel genético, ahora podemos consultar en línea este sistema que reúne y organiza distintos sobre el gen del maíz.
“En lugar de datos de tráfico, accidentes, policías, gasolineras, hoteles o restaurantes próximos, el Atlas reúne datos genotípicos que los usuarios agregan constantemente y que permiten generar perfiles genéticos de las diferentes razas y variedades de maíz”, señala Sarah Hearne, genetista del CIMMYT.

¿Por qué es tan importante?
El aumento de la temperatura en el planeta reduce el rendimiento de los cultivos. Por ejemplo, cada grado que aumente la temperatura media global estaría reduciendo los rendimientos de maíz un 7%.
El CIMMYT lanzó el “Atlas Molecular del Maíz”, una plataforma que proporciona datos, herramientas y recursos que permiten a mejoradores de maíz identificar la diversidad de las semillas
Es por ello, que este Atlas permitirá aprovechar el material genético y desarrollar nuevas semillas que impulsen la producción de forma sostenible y que garantice la seguridad alimentaria.